SOBRE PREVENCIÓN, INVESTIGACIÓN, SANCIÓN Y REPARACIÓN DE LA TORTURA Y OTROS TRATOS O PENAS CRUELES INHUMANOS O DEGRADANTES
El 10 de diciembre de 1984, fue adoptada por la Asamblea de las Naciones Unidas la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes. Esto significó un avance fundamental en la historia de los derechos humanos. Con la firma de la Convención se reafirma que todo acto de tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes constituyen una ofensa a la integridad y dignidad humana. Los mecanismos internacionales de prevención de la tortura hacen hincapié en la importancia de una interpretación de esta conducta con enfoque de género y en la necesidad de prestar especial atención a cuestiones como la violación sexual durante la detención, la violencia contra las mujeres embarazadas y la negación de los derechos reproductivos, los cuales han sido reconocidos a nivel internacional y regional.